TERREMOTOS EN LA ANTARTIDA

Muchos son los terremotos que se producen en la Antártida; el último de 7,8 grados en la escala de Richter se produjo el 17 de noviembre de 2013 a 680 kilómetros de la base Prat.

La historia geológica demuestra que periodicaménte la tierra reacomóda sus capas con frecuencia. No hay nada que temer, aunque cada vez que se produce un terremoto en este lugar, grandes masas de hielo se desprenden de los enormes glaciares y producen espectaculares imágenes.

Las costas Antárticas ofrecen numerosos cambios continuamente debido a estos terremotos y son muchos los vídeos y fotografías que circulan por la red. Algunos son tan espectaculares como el que a continuación podréis ver.

Un gran iceberg se da totalmente la vuelta mientras unos turistas navegan en un barquito cerca inconscientes de que unos minutos antes podrían haber pasado un mal rato.

En relación a los terremotos, una de las noticias que más nos preocupa es el descubrimiento de un gran volcán por el cual alertan que podría acelerar la pérdida de hielo y aumentar el nivel del mar cuando entre en erupción.

El descubrimiento del volcán, como explicaron los científicos, fue accidental. En enero de 2010 instalaron una serie de sismómetros en Marie Byrd Land, una región de la Antártida occidental. Éstos detectaron dos pequeños terremotos con un año de diferencia, en 2010 y 2011 de magnitudes entre 0,8 y 2,1.

Los temblores tuvieron lugar en profundidades de entre 24 y 40 kilómetros es decir a mucha mayor profundidad que los terremotos habituales.

Esta peculiaridad, junto con la baja frecuencia, les llevó a considerarlos como profundos terremotos de largo periodo, que se dan en zonas volcánicas.

Se piensa que es el movimiento del magma y otros fluidos los que producen vibraciones en las grietas de los sistemas volcánicos.

¿Qué ocurrirá en caso de erupción?

El volcán está cubierto por más de un kilómetro de hielo, por lo que la erupción tendría que ser muy potente para alcanzar la superficie. En cualquier caso, el calor provocaría el derretimiento en la base del volcán y el agua del deshielo actuaría como lubricante que llevaría la capa de hielo hacia el mar a mayor velocidad y, por tanto, el nivel del mar subiría ligeramente.

Los sismómetros que se utilizaron para detectar el volcán han sido desinstalados y están ahora en otras zonas de la Antártida, por lo que no es posible seguir estudiando su actividad sísmica. Seguramente nosotros no veamos este volcán en erupción pero preocupa la posibilidad; además estos científicos han intentado que se siga vigilando constantemente la actividad del volcán.

La naturaleza es sabia y es el mejor control de población que existe.Valoramos la vida humana sobre las demás especies y nos olvidamos que este planeta es el que decide quien se queda y quien se va.